Muchas cosas que en sentido moral son corruptas se nos exhiben como si fueran perfectamente sanas. Por esto tenemos que ‘seguir asegurándonos de lo que es acepto al Señor.’ “Por este motivo [porque los días son inicuos] dejen de estar haciéndose irrazonables, sino sigan percibiendo cuál es la voluntad de Jehová.”—Efe. 5:10, 17.
Por eso, en lo que se refiere al entretenimiento que suministra el mundo, el seleccionar es la clave. Ilustra esto lo que cierta persona dijo: “La mayor parte de la película es muy buena, pero hay muchas que siempre tienen las escenas sexuales, así que, si uno desea ver el resto de la película, tiene que ver las escenas sexuales.” Pero, por ver la mayor parte de la “muy buena” película, ¿vale la pena el posible daño moral que puede provenir de las “escenas sexuales”? Ahora esas escenas que pintan lo que se hace en secreto se pasan ante los ojos de los espectadores. Pablo dijo que “las cosas que se efectúan en secreto por [las naciones] es vergonzoso hasta contarlas,” ¿cuál debería ser nuestra actitud en cuanto a observar cualquier parte de tales cosas como entretenimiento? (Efe. 5:12) En vez de consultar la lista talmúdica de reglas de los judíos, el cristiano tiene que usar sus propias “facultades perceptivas” y ‘cesar de hacerse irrazonable [griego: “insensato, sin inteligencia moral”].’ (Heb. 5:14) Para nosotros esto quizás signifique evitar por completo ciertas películas o presentaciones de TV que, en otros aspectos, pudieran tener algunos rasgos muy entretenedores. Uno de los escritores supuestamente cristianos del siglo segundo presentó un excelente punto en su ensayo Las funciones:
“Admítase que allí [en las funciones] hay cosas que son agradables, cosas que son tanto placenteras como inocentes en sí mismas; hasta algunas cosas que son excelentes. Nadie diluye veneno con hiel [una sustancia amarga] . . . la cosa maldita se mete en condimentos bien sazonados o del gusto más dulce.”—Tertuliano.
¡Qué bueno es cuando individualmente podemos animarnos unos a otros a seguir un proceder que sea “acepto al Señor”! Ciertamente es digna de encomio esta expresión de un jovencito: “Creo que entre los adolescentes espiritualmente maduros se hace un tremendo esfuerzo por alejarse de las películas inmorales y también por estimular a otros a mantenerse alejados de ellas.” Sin embargo, Pablo advirtió a la congregación que ciertas personas restarían importancia al consejo franco de las Escrituras, cuando dijo: “Que nadie los engañe con palabras vacías, porque a causa de las cosas susodichas [fornicación, inmundicia, habla obscena, y así por el estilo] viene la ira de Dios sobre los hijos de la desobediencia.” (Efe. 5:6) Los que expresarían las “palabras vacías” podrían ser mala influencia en otras personas. En cuanto a personas que persisten en andar desordenadamente, el apóstol Pablo recomienda:
“Pero si alguno no es obediente a nuestra palabra . . ., tengan a éste señalado, dejen de asociarse con él, para que se avergüence. Y no obstante, no estén considerándolo como enemigo, sino continúen amonestándolo como a hermano.”—2 Tes. 3:14, 15.
Es verdad que usted no debe tratarlo como “enemigo,” pero deje de asociarse con esta persona socialmente de la manera que ella quiere. Quizás llegue a comprender que tiene que reajustar su pensamiento.
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