“Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio.” (PRO. 27:11)
JEHOVÁ permitió que Satanás pusiera a prueba la integridad de Job. Como resultado, este fiel siervo de Dios perdió su ganado, sus hijos y su salud. Pero el Diablo no solo puso en duda la integridad de Job, pues dijo: “Piel en el interés de piel, y todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de su alma”. De esta manera, hizo surgir una cuestión que implicaba a muchas más personas y que sigue vigente hasta nuestros días (Job 2:4).
Unos seiscientos años después de lo que le sucedió a Job, Jehová inspiró a Salomón a escribir estas palabras: “Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio” (Pro. 27:11). Es evidente, pues, que en los días de Salomón, Satanás seguía desafiando a Jehová. Posteriormente, en una visión que tuvo el apóstol Juan, se ve a Satanás acusando a los siervos de Dios tras haber sido expulsado del cielo . Así es, incluso hoy día, cuando nos hallamos tan adentrados en los últimos días de este sistema malvado, el Diablo sigue cuestionando la integridad de los siervos de Dios (Rev. 12:10).
No comments:
Post a Comment