EL TENER un amigo verdadero aumenta mucho el gozo de vivir. Rara vez, si alguna, son verdaderamente felices los solitarios que evitan a las demás personas. ¿Qué tiene la amistad que acrecienta tanto la felicidad de uno?
El hacer algo con un amigo parece multiplicar el disfrute de esa experiencia particular. En cierta ocasión Jesús habló acerca de un pastor que halló su oveja perdida y de una mujer que halló una moneda que había perdido. Cada una de estas personas llamó a sus amigos y les dijo: “Regocíjense conmigo.” (Lucas 15:6, 9) Sí, es lo normal que uno quiera compartir las cosas buenas con compañeros, y el deleite de uno parece hacerse doble como resultado de ello. ¿No has tenido una experiencia como ésa?
Por otra parte, cuando las cosas no van bien y uno se siente deprimido, un buen amigo puede darle gran alivio en su tristeza. Los amigos pueden ser una verdadera ayuda cuando amenaza la dificultad. Pueden avisarle a uno del peligro y ayudarle a escapar de él, y pueden estimular a uno cuando pasa por experiencias duras. Probablemente puedas concordar con lo que dice Proverbios 17:17: “Un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia.”
Ese texto bíblico da énfasis a una cualidad que señala marcadamente a los verdaderos amigos: La lealtad. El ser amigo significa más que solo el obrar amistosamente. Un amigo genuino es leal a uno y leal a los mejores intereses de uno. ¿Son así tus amigos?
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