Pages

Tuesday, May 10, 2011

Enseña a Nicodemo


DURANTE la Pascua del año 30 E.C., Jesús ejecuta señales extraordinarias o milagros. Como resultado, muchos ponen fe en él. Nicodemo, miembro del Sanedrín, el tribunal supremo judío, queda impresionado y desea aprender más. Así que, visita a Jesús en la oscuridad de la noche, probablemente por temor a que, de ser visto, se perjudique su reputación ante otros caudillos judíos.
 

“Rabí —dice él—, sabemos que tú como maestro has venido de Dios; porque nadie puede ejecutar estas señales que tú ejecutas a menos que Dios esté con él.” En respuesta Jesús le dice a Nicodemo que para entrar en el Reino de Dios uno tiene que ‘nacer otra vez’.
 

Sin embargo, ¿cómo se nace otra vez? “No puede entrar en la matriz de su madre por segunda vez y nacer, ¿verdad?” —pregunta Nicodemo.
 

No, eso no es lo que nacer otra vez significa. “A menos que uno nazca del agua y del espíritu —explica 

Jesús—, no puede entrar en el reino de Dios.” Jesús nació “del agua y del espíritu” cuando fue bautizado y espíritu santo descendió sobre él. Al declarar desde el cielo: ‘Este es mi Hijo, a quien he aprobado’, Dios anunció que había producido un hijo espiritual que tendría la perspectiva de entrar en el Reino celestial. Más adelante, en el Pentecostés de 33 E.C., otros que fueron bautizados recibieron espíritu santo y de ese modo también nacieron otra vez como hijos espirituales de Dios.
 

Pero el papel del Hijo humano especial de Dios es vital. “Así como Moisés alzó la serpiente en el desierto —le dice Jesús a Nicodemo—, así tiene que ser alzado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.” Tal como aquellos israelitas que fueron mordidos por serpientes venenosas tuvieron que mirar a la serpiente de cobre para salvarse, así también todo ser humano necesita ejercer fe en el Hijo de Dios para librarse de su condición moribunda.
 

Jesús subraya el papel amoroso que Jehová desempeña, al decir a Nicodemo: “Tanto amó Dios al mundo que dio su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna”.

Así aclara Jesús, estando en Jerusalén y sólo seis meses después de haber comenzado su ministerio, que él es el medio que Jehová Dios usa para salvar a la humanidad. (Juan 2:23–3:21; Mateo 3:16, 17; Hechos 2:1-4; Números 21:9.)

No comments:

Post a Comment

Twitter

Followers

Weather

About Me

My photo
Christian view the Bible as the inspired Word of God, absolute truth, beneficial for teaching and disciplining mankind.