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Wednesday, May 25, 2011

Puntos sobresalientes del libro de Revelación (parte 1)



 

Veamos ahora algunos puntos sobresalientes de Revelación 1:1–12:17, y analicemos las primeras siete visiones que recibió Juan. Estas visiones son de gran interés para nosotros, pues hablan de sucesos que están ocurriendo hoy y de las medidas que pronto tomará Jehová contra este mundo malvado. Quienes lean estas visiones con fe recibirán consuelo y ánimo (Heb. 4:12).
 

“EL CORDERO” ABRE SEIS DE LOS SIETE SELLOS
 

(Rev. 1:1–7:17)
 

En primer lugar, Juan ve a Jesús glorificado y recibe varios mensajes que debe escribir en un rollo y enviar “a las siete congregaciones” (Rev. 1:10, 11). Después, Juan ve un trono celestial. Y en la mano derecha del que está sentado en el trono hay un rollo sellado con siete sellos. “¿Quién es digno de abrir el rollo [...]?” Nada menos que “el León que es de la tribu de Judá”, el “cordero [...] que [tiene] siete cuernos y siete ojos” (Rev. 4:2; 5:1, 2, 5, 6).
 

La tercera visión revela lo que sucede cuando “el Cordero” abre cada uno de los primeros seis sellos. Al abrir el sexto sello, ocurre un gran terremoto que marca la llegada del gran día de la ira (Rev. 6:1, 12, 17). 

Pero la siguiente visión muestra a “cuatro ángeles [...] reteniendo los cuatro vientos de la tierra” hasta que se termina de sellar a los 144.000. A continuación aparece “una gran muchedumbre” de personas que no han sido selladas y que están “de pie delante del trono y delante del Cordero” (Rev. 7:1, 9).
 

Respuestas a preguntas bíblicas:
 

Rev. 1:4; 3:1; 4:5; 5:6. ¿Qué significa la expresión “los siete espíritus”? El número siete representa lo completo desde el punto de vista de Dios. De modo que el mensaje que originalmente fue dirigido a “las siete congregaciones” se hace extensivo a las más de cien mil congregaciones del pueblo de Dios hoy día (Rev. 1:11, 20). Puesto que Jehová otorga su espíritu santo conforme a lo que desea lograr, la expresión “los siete espíritus” significa que el espíritu santo opera a plenitud para que quienes prestan atención a la profecía puedan comprenderla y así reciban bendiciones. El libro de Revelación parece seguir un patrón basado en grupos de siete elementos. En este libro, dicho número representa lo completo; y en efecto, Revelación habla de la forma en que “queda terminado”, o se completa, “el secreto sagrado de Dios” (Rev. 10:7).
 

Rev. 1:8, 17. ¿A quién se le llama “el Alfa y la Omega” y “el Primero y el Último”? Es a Jehová a quien se le llama “el Alfa y la Omega”. Este título destaca el hecho de que ni antes ni después de él hay dios que pueda comparársele. Él es “el principio y el fin” (Rev. 21:6; 22:13). Ahora bien, aunque Revelación 22:13 llama a Jehová “el primero y el último” —pues no hay nadie antes ni después de él—, el título “el Primero y el Último” que aparece en el capítulo 1 se refiere a Jesucristo, tal como lo demuestra el contexto. Él fue el primero y el último ser humano a quien Jehová resucitó personalmente para vivir como espíritu inmortal (Col. 1:18).
 

Rev. 2:7. ¿Qué es “el paraíso de Dios”? Puesto que estas palabras fueron dirigidas a cristianos ungidos, el paraíso del que aquí se habla debe referirse al cielo, a la mismísima presencia de Jehová. Este es, sin duda, un lugar paradisíaco. Los ungidos que permanezcan fieles podrán comer “del árbol de la vida”, es decir, recibirán inmortalidad (1 Cor. 15:53).
 

Rev. 3:7. ¿Cuándo recibió Jesús “la llave de David”? ¿Cómo la ha usado? Jesús fue escogido para llegar a ocupar el trono de David, su antepasado, cuando se bautizó, en el año 29. Sin embargo, no recibió “la llave de David” sino hasta el año 33, cuando se sentó a la diestra de Dios en el cielo. Se le confirió pleno derecho sobre el Reino davídico y desde entonces ha estado empleando dicha llave para “abrir” u ofrecer oportunidades de servicio relacionadas con el Reino. En 1919, Jesús entregó “la llave de la casa de David” al “esclavo fiel y discreto”, es decir, lo nombró “sobre todos sus bienes” (Isa. 22:22; Mat. 24:45, 47).
 

Rev. 3:12. ¿Cuál es el “nuevo nombre” de Jesús? Ese nombre está relacionado con la nueva posición que ocupa Jesús y con sus recién adquiridas responsabilidades (Fili. 2:9-11). Aunque nadie más llega a conocer ese nombre tan bien como él, Jesús lo escribe sobre sus fieles hermanos que resucitan en el cielo, con lo que se estrecha aún más su relación con ellos (Rev. 19:12). De hecho, él comparte sus responsabilidades con ellos.
 

Lecciones para nosotros:
 

Rev. 1:3. En vista de que está tan cerca “el tiempo señalado” para que Dios ejecute su sentencia contra el mundo de Satanás, es urgente que nos esforcemos por comprender el mensaje del libro de Revelación y que actuemos en conformidad con él.
 

Rev. 3:17, 18. Para ser ricos en sentido espiritual, debemos comprar el “oro acrisolado por fuego” que ofrece Jesús, o sea, debemos ser “ricos en obras excelentes” (1 Tim. 6:17-19). Hemos de ponernos “prendas de vestir exteriores blancas” que nos identifiquen como discípulos de Jesús. Y debemos usar “pomada para los ojos” —los consejos que recibimos en La Atalaya y otras publicaciones— para mejorar nuestra visión espiritual (Rev. 19:8).
Rev. 7:13, 14. Los veinticuatro ancianos representan a los 144.000 ungidos en el cielo, donde además de ser reyes son sacerdotes. Este grupo fue prefigurado por los sacerdotes del antiguo Israel, a quienes el rey David organizó en veinticuatro divisiones. Uno de los ancianos le revela a Juan la identidad de la gran muchedumbre. 


De esto se deduce que la resurrección de los cristianos ungidos debió de comenzar antes de 1935. ¿Por qué lo decimos? Porque en ese año se dio a conocer a los cristianos ungidos que aún estaban en la Tierra cuál era la identidad de la gran muchedumbre (Luc. 22:28-30; Rev. 4:4; 7:9).
 

EL SÉPTIMO SELLO Y EL TOQUE DE SIETE TROMPETAS
 

(Rev. 8:1–12:17)
 

Cuando el Cordero abre el séptimo sello, siete ángeles reciben una trompeta cada uno. Seis de ellos tocan su trompeta para anunciar mensajes de condenación contra “la tercera parte” de la humanidad: la cristiandad (Rev. 8:1, 2, 7-12; 9:15, 18). Eso es lo que Juan ve en su quinta visión. En la siguiente visión, Juan se convierte en un participante más al comerse un pequeño rollo y medir el santuario del templo. Después del toque de la séptima trompeta, se oyen voces fuertes que anuncian: “El reino del mundo sí llegó a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo” (Rev. 10:10; 11:1, 15).
 

Las palabras de Revelación 11:15, 17 introducen ahora la séptima visión. Se ve una gran señal en el cielo: una mujer da a luz un hijo varón. Entonces, el Diablo es echado del cielo y, enfurecido con la mujer, se va a guerrear “contra los restantes de la descendencia de ella” (Rev. 12:1, 5, 9, 17).
 

Respuestas a preguntas bíblicas:
 

Rev. 8:1-5. ¿Por qué se hizo un silencio en el cielo? ¿Qué se arrojó después a la Tierra? Se hizo un “silencio” en el cielo para que se pudieran oír “las oraciones de los santos” que estaban en la Tierra. Esto ocurrió al final de la primera guerra mundial. Los cristianos ungidos no ascendieron al cielo al final de los tiempos de los gentiles, como muchos de ellos esperaban; además, enfrentaron graves dificultades durante la guerra. De modo que estaban orando fervientemente para saber qué debían hacer. En respuesta a sus oraciones, un ángel arrojó a la Tierra fuego simbólico, y este encendió el fervor y entusiasmo de aquellos cristianos. Aunque eran pocos, iniciaron una campaña mundial de predicación que convirtió al Reino de Dios en un tema candente, y causaron, por decirlo así, un incendio en la cristiandad. Retumbaron las duras advertencias de la Palabra de Dios, relumbraron con fulgor las verdades bíblicas y se sacudieron los cimientos de la religión falsa, tal como se sacuden los edificios durante un terremoto.
 

Rev. 8:6-12; 9:1, 13; 11:15. ¿Cuándo se prepararon los siete ángeles para tocar sus trompetas? ¿Cómo y cuándo se escuchó el toque de las trompetas? Como parte de la preparación para tocar las siete trompetas, se dieron instrucciones a los revitalizados miembros de la clase Juan. Como resultado, de 1919 a 1922, los ungidos reorganizaron la predicación y construyeron las instalaciones que necesitaban para imprimir (Rev. 12:13, 14). 

El toque de las trompetas representa la proclamación intrépida de la sentencia divina contra el mundo de Satanás, proclamación que el pueblo de Dios llevó a cabo con la ayuda de los ángeles. Dicha proclamación comenzó en la asamblea que se efectuó en Cedar Point (Ohio) en 1922 y se prolongará hasta la gran tribulación.
 

Rev. 8:13; 9:12; 11:14. ¿Por qué se dice que los últimos tres toques de trompeta son “ayes”? Los primeros cuatro toques de trompeta proclamaron la muerte espiritual de la cristiandad, pero los tres últimos son “ayes”, o lamentos, que están relacionados con tres sucesos específicos, como veremos a continuación. El quinto toque se relaciona con la liberación del “abismo” de inactividad que experimentó en 1919 el pueblo de Dios, y con su imparable predicación, que se convirtió en una dolorosa plaga para la cristiandad (Rev. 9:1). El sexto toque se relaciona con el ataque de caballería más grande de la historia: la campaña mundial de predicación que comenzó en 1922. El último toque se relaciona con el nacimiento del Reino mesiánico.
 

Lecciones para nosotros:
 

Rev. 9:10, 19. Las contundentes declaraciones basadas en la Biblia que aparecen en las publicaciones del “esclavo fiel y discreto” contienen un punzante mensaje (Mat. 24:45). Ese mensaje corresponde tanto a las colas de las langostas, que tienen “aguijones semejantes a [los de] escorpiones”, como a caballos, cuyas “colas son semejantes a serpientes”. ¿Por qué? Porque dichas publicaciones advierten que se acerca “el día de la venganza de [Jehová]” (Isa. 61:2). Llevémoslas a la gente con celo y valor.
 

Rev. 9:20, 21. Con la expresión “los demás de los hombres”, Revelación se refiere a la gente de los países llamados no cristianos. Aunque muchas personas sinceras de esos países han respondido al mensaje que proclamamos, no esperamos conversiones en masa. Aun así, seguimos predicando con ahínco.
 

Rev. 12:15, 16. “La tierra” —es decir, elementos políticos del mundo de Satanás— ha defendido la libertad religiosa. A partir de la década de los cuarenta, los gobiernos de diversos países se tragaron “el río [de persecución] que el dragón había lanzado de su boca”. Como vemos, cuando Jehová así lo decide, puede influir en las autoridades para llevar a cabo su voluntad. Sin duda, son muy atinadas estas palabras de Proverbios 21:1: “El corazón de un rey es como corrientes de agua en la mano de Jehová. Adondequiera que él se deleita en hacerlo, lo vuelve”. Esta verdad debe fortalecer nuestra fe en Dios.

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