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Monday, March 14, 2011

¿Quién es Dios?


 

PARA algunos, Dios es un amigo íntimo, alguien a quien conocen bien. Otros, sin embargo, lo ven más como un familiar lejano: alguien que saben que existe, pero que conocen poco. Y usted, ¿también cree en Dios? ¿Cómo contestaría las siguientes preguntas?
 

1. ¿Es Dios un ser real?
 


Respuestas habituales:
 

▪ “Dios está en todas partes; es como el aire que nos rodea.”
 

▪ “Es un ‘algo’ inteligente, una fuerza abstracta.”
 

Lo que Jesús dijo:
 

▪ “En la casa de mi Padre hay muchas moradas.” (Juan 14:2.) De acuerdo con estas palabras, Dios vive en un lugar al que, simbólicamente hablando, Jesús llamó “casa”.
 

▪ “Salí del Padre y he venido al mundo. Además, dejo el mundo y sigo mi camino al Padre.” (Juan 16:28.) 

Jesús creía que Dios es un ser real que se halla en un lugar específico.
 

JESÚS nunca se refirió a Dios como si fuera una fuerza abstracta. Al contrario, hablaba con él y le oraba. También tenía una estrecha relación con él, pues con frecuencia lo llamó Padre (Juan 8:19, 38, 54).
 

Es verdad que “Dios es un Espíritu” y que “ningún hombre lo ha visto jamás” (Juan 4:24; 1:18). Sin embargo, eso no significa que carezca de un cuerpo. Según la Biblia, “si hay cuerpo físico, también lo hay espiritual” (1 Corintios 15:44). Por tanto, ¿tiene Dios un cuerpo espiritual?
 

Por supuesto que sí. En la Biblia se dice que Jesús, tras su resurrección, “entró [...] en el cielo mismo, para comparecer [...] delante de la persona de Dios a favor de nosotros” (Hebreos 9:24). Estas palabras aclaran dos importantes detalles sobre Dios. Por un lado, que reside en un lugar concreto. Y por otro, que es un ser real y no una fuerza indefinible que nos rodea.
 

“¿Y cómo es entonces que podemos sentir su poder en todas partes?”, quizá se pregunte usted. 

Sencillamente porque Dios puede enviar su espíritu santo —el poder divino en acción— a cualquier parte del universo. Tal como un padre extiende la mano para ayudar a su hijo, Dios envía su espíritu santo para cumplir su propósito (Salmo 104:30; 139:7).
 

Además, Dios posee una personalidad definida. Hay cosas que le gustan y cosas que no, y también tiene sentimientos. La Biblia indica, por ejemplo, que ama a su pueblo y se alegra con sus buenas obras, que odia la idolatría y que le duele ver tanta maldad (Génesis 6:6; Deuteronomio 16:22; 1 Reyes 10:9; Salmo 104:31). 

Y en 1 Timoteo 1:11 se dice que él es un “Dios feliz”. Con esta personalidad, ¿verdad que no es difícil amarlo con todo nuestro corazón, como dijo Jesús? (Marcos 12:30.)

2. ¿Cuál es su nombre?
 


Respuestas habituales:
 

▪ “Dios no tiene nombre.”
 

▪ “Su nombre es Dios.”
 

Lo que Jesús dijo:
 

▪ “Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre’.” (Mateo 6:9.) Así pues, Jesús creía que Dios tenía nombre.
 

▪ “Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos, y yo en unión con ellos.” (Juan 17:26.) Jesús quería que la gente conociera el nombre de Dios.
 

▪ “No me verán de ningún modo hasta que digan: ‘¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!’.” (Lucas 13:35; Salmo 118:26.) Está claro que Jesús usaba el nombre de Dios.
 

DIOS mismo dijo: “Yo soy el Señor Jehová: éste es mi nombre” (Isaías 42:8, Torres Amat, cursivas del original). Así es, “Jehová” es la pronunciación más conocida en español del nombre divino, aunque también es común pronunciarlo “Yavé”. Tal vez le sorprenda saber que este nombre hebreo aparece miles de veces en los manuscritos bíblicos antiguos, más que cualquier otro nombre mencionado en la Biblia.
 

Al preguntarles cuál es el nombre divino, algunos quizás respondan que es “Dios”. Sin embargo, ¿contesta eso la pregunta? Sería como preguntarle a alguien quién ganó las elecciones y que dijera: “Un candidato”. Ni “Dios” ni “candidato” son respuestas claras, pues no son nombres personales, sino títulos.
 

Ahora bien, ¿para qué nos revela Dios su nombre? Para que lo conozcamos mejor. Veamos un ejemplo. 

Dependiendo de las circunstancias, podemos referirnos a alguien como “señor”, “jefe”, “papá” o “abuelo”, que son títulos que revelan diferentes facetas de la persona. Pero al usar su nombre propio, nos viene a la mente una imagen completa de la persona. Pues lo mismo sucede en el caso de Dios. Títulos como Señor, Todopoderoso, Padre y Creador se centran en diversos papeles que él puede desempeñar. Sin embargo, solo cuando utilizamos su nombre, Jehová, recordamos todo lo que sabemos acerca de él. Por eso, ¿cómo podría alguien decir que conoce a Dios si no sabe cómo se llama?
 

Con todo, no basta con saber su nombre, también hay que usarlo. ¿Por qué? Porque, como dice la Biblia, “todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo” (Romanos 10:13; Joel 2:32).

3. ¿Es Jesús el Dios todopoderoso?
 


Respuestas habituales:
 

▪ “Sí, Jesús es el Todopoderoso.”
 

▪ “Cristo es Dios encarnado.”
 

Lo que Jesús dijo:
 

▪ “Si me amaran, se regocijarían de que sigo mi camino al Padre, porque el Padre es mayor que yo.” (Juan 14:28.) Jesucristo reconoció que era inferior a su Padre.
 

▪ “Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes.” (Juan 20:17.) Jesús nunca dio a entender que él fuera Dios. Al contrario, se refería a Dios como un ser diferente.
 

▪ “No he hablado de mi propio impulso, sino que el Padre mismo, que me ha enviado, me ha dado mandamiento en cuanto a qué decir y qué hablar.” (Juan 12:49.) Todo lo que Jesús enseñó provenía de su Padre; nunca agregó nada inventado por él.
 

JESÚS se consideraba el Hijo de Dios, y no el Dios todopoderoso. Porque si él era Dios, ¿a quién le oraba cuando estaba en la Tierra? (Mateo 14:23; 26:26-29.) ¿Estaría fingiendo orarle a alguien diferente? 

Es evidente que no.
 

¿Y cómo respondió cuando dos de sus discípulos le pidieron puestos privilegiados en su Reino? “Esto de sentarse a mi derecha y a mi izquierda no es cosa mía darlo —les dijo—, sino que pertenece a aquellos para quienes ha sido preparado por mi Padre.” (Mateo 20:23.) ¿Mintió al decir que no tenía autoridad para concederles lo que pedían? Obviamente no. Él reconoció con humildad que Dios es el único que puede tomar esa decisión. También explicó que ni él ni los ángeles lo sabían todo, ya que había cosas que solo conocía su Padre (Marcos 13:32).
 

¿Será entonces que Jesús fue inferior a Dios únicamente mientras fue humano? Tampoco. Tras su muerte y resurrección, la Biblia sigue presentándolo en una posición subordinada a Dios. Por ejemplo, el apóstol Pablo nos recuerda que “Dios tiene autoridad sobre Cristo” (1 Corintios 11:3, Traducción en lenguaje actual [TLA]). También se dice que en el futuro, “cuando todo esté bajo el dominio del Hijo, él mismo se pondrá bajo la autoridad de Dios. Así, Dios estará sobre todas las cosas” (1 Corintios 15:28, TLA).
 

Queda claro, por tanto, que Jesús no es el Dios todopoderoso. Por eso llamó a su Padre “mi Dios” varias veces (Revelación [Apocalipsis] 3:2, 12; 2 Corintios 1:3, 4).

4. ¿Le importamos a Dios?
 


Common answers:
 

▪ “God is too important to be worried about my problems.”
 

▪ “I don’t think that he is concerned about me.”
 

What did Jesus say?
 

▪ “Five sparrows sell for two coins of small value, do they not? Yet not one of them goes forgotten before God. But even the hairs of your heads are all numbered. Have no fear; you are worth more than many sparrows.” (Luke 12:6, 7) Undoubtedly, Jesus taught that God cares about us.
 

▪ “Never be anxious and say, ‘What are we to eat?’ or, ‘What are we to drink?’ or, ‘What are we to put on?’ For all these are the things the nations are eagerly pursuing. For your heavenly Father knows you need all these things.” (Matthew 6:31, 32) Jesus believed that God knows our personal needs.
 

THE Bible definitely states that God cares about us. (Psalm 55:22; 1 Peter 5:7) If he does, then why do we experience so much suffering today? If God is loving and all-powerful, why does he not do something to end suffering?
 

The answer involves a little-known fact—Satan the Devil is the ruler of this wicked world. When tempting Jesus, Satan offered him all the kingdoms of the world, saying: “I will give you all this authority and the glory of them, because it has been delivered to me, and to whomever I wish I give it.”—Luke 4:5-7.
 

Who made Satan the ruler of the world? When our first parents, Adam and Eve, obeyed Satan and turned their backs on God, they, in effect, chose Satan as their ruler. Since that rebellion, Jehovah God has patiently allowed time to show that Satan’s rulership is a miserable failure. Jehovah has not forced people to serve him, but he has opened the way for us to return to him.—Romans 5:10.
 

Because God cares for us, he has made arrangements for Jesus to deliver us from Satan’s rule. In the near future, Jesus will “bring to nothing the one having the means to cause death, that is, the Devil.” (Hebrews 2:14) In doing so, he will “break up the works of the Devil.”—1 John 3:8.
 

Paradise will be restored to this earth. At that time, God “will wipe out every tear from [people’s] eyes, and death will be no more, neither will mourning nor outcry nor pain be anymore. The former things [will] have passed away.”—Revelation 21:4, 5.

5. ¿Acepta él todas las religiones?
 


Common answers:
 

▪ “All religions are paths leading to God.”
 

▪ “It doesn’t matter what you believe if you are sincere.”
 

What did Jesus say?
 

▪ “Go in through the narrow gate; because broad and spacious is the road leading off into destruction, and many are the ones going in through it; whereas narrow is the gate and cramped the road leading off into life, and few are the ones finding it.” (Matthew 7:13, 14) Jesus did not believe that all roads lead to God.
 

▪ “Many will say to me in that day, ‘Lord, Lord, did we not prophesy in your name, and expel demons in your name, and perform many powerful works in your name?’ And yet then I will confess to them: I never knew you! Get away from me, you workers of lawlessness.” (Matthew 7:22, 23) Jesus does not accept all those who claim to follow him.
 

MANY religious people treasure their own beliefs and traditions. But what happens if these teachings are not in harmony with what is found in God’s Word, the Bible? Jesus showed the danger of following man-made traditions when he said to the religious leaders of his day: “You have made the word of God invalid because of your tradition.” He then went on to quote these words of God: “This people honors me with their lips, yet their heart is far removed from me. It is in vain that they keep worshiping me, because they teach commands of men as doctrines.”—Matthew 15:1-9; Isaiah 29:13.
 

Conduct is also important, not just beliefs. The Bible says of some who claim to worship God: “They publicly declare they know God, but they disown him by their works.” (Titus 1:16) In fact, the Bible says of those living in our time: “Instead of loving God, they will love pleasure. Even though they will make a show of being religious, their religion won’t be real. Don’t have anything to do with such people.”—2 Timothy 3:4, 5, 

Contemporary English Version.
 

Sincerity is required, but more is needed. Why? Because a person can be sincerely wrong. So accurate knowledge about God is vital. (Romans 10:2, 3) Taking in this knowledge and acting in harmony with what the Bible says will enable us to be pleasing to God. (Matthew 7:21) Really, then, right religion involves right motive, right belief, and right action. And right action means doing the will of God daily!—1 John 2:17.

Si les pregunta a otros, probablemente reciba una sorprendente variedad de respuestas. No es de extrañar, por tanto, que se hayan formado tantos mitos e ideas equivocadas alrededor de la figura de Dios.
 

¿De veras importa saber la verdad?
 

Conversando con una mujer samaritana al lado de un pozo, Jesucristo destacó la importancia de conocer la verdad acerca de Dios. Pese a que la mujer reconocía que él era profeta, no parecía gustarle que fuera de otra religión. Jesús se dio cuenta y le dijo: “Ustedes adoran lo que no conocen” (Juan 4:19-22). Es obvio que, para Jesús, no todas las personas religiosas conocen bien a Dios.
 

Sin embargo, Jesús no quiso decir que no se puede conocer bien a Dios. Como explicó a continuación, “los verdaderos adoradores adorarán al Padre con espíritu y con verdad, porque, en realidad, el Padre busca a los de esa clase para que lo adoren” (Juan 4:23). Y usted, ¿está entre quienes adoran a Dios “con espíritu y con verdad”?
 

Es vital que todos nos aseguremos de estar en ese grupo. ¿Por qué? Por lo que Jesús dijo en oración: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3). En efecto, nuestra esperanza de una vida mejor en el futuro depende mucho de que adquiramos conocimiento exacto de Dios.
 

Como hemos visto, conocer la verdad acerca de Dios sí es posible. Ahora bien, ¿cómo podemos encontrarla? En una ocasión, Jesús declaró: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). Y en otra afirmó: “Nadie conoce quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo esté dispuesto a revelarlo” (Lucas 10:22).
 

De modo que la clave para conocer a Dios está en las enseñanzas de su Hijo, Jesucristo. Él nos promete: “Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:31, 32, Nueva Versión Internacional).
 

Veamos, pues, cómo contestaría Jesús las cinco preguntas planteadas al principio

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