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Thursday, March 10, 2011

¿Quién es, realmente, el gobernante del mundo?


 

Muchas personas responderían a esa pregunta con una sola palabra: Dios. No obstante, es significativo que la Biblia no dice en ningún pasaje que Jesucristo o su Padre sean quienes realmente gobiernen este mundo. Por el contrario, Jesús dijo: “El gobernante de este mundo será echado fuera”. Además dijo: “El gobernante del mundo viene. Y él no tiene dominio sobre mí”. (Juan 12:31; 14:30; 16:11.)
 

Por tanto, el gobernante de este mundo está en oposición a Jesús. ¿Quién será este gobernante?
 

La situación mundial nos da una pista
 

Pese a los esfuerzos de gente bienintencionada, el mundo ha sufrido lo indecible a lo largo de la historia. Esto ha hecho que las personas serias se planteen el asunto, como lo hizo el difunto editorialista David Lawrence: “‘Paz en la Tierra’: Casi todo el mundo la desea. ‘Buena voluntad para con los hombres’: Casi todos los pueblos del mundo la tienen unos para con otros. Entonces, ¿qué ocurre? ¿Por qué hay amenazas de guerra a pesar de los deseos innatos de los pueblos?”.
 

Parece paradójico, ¿verdad? Aunque el deseo natural de la gente es vivir en paz, con frecuencia se odian y matan unos a otros con verdadero salvajismo. Piense en las terribles atrocidades que se han cometido a sangre fría. El hombre se ha valido de cámaras de gas, campos de concentración, lanzallamas, bombas incendiarias y otros métodos horrendos para torturar y matar sin misericordia alguna al semejante.
 

¿Cree usted que los seres humanos, que anhelan la paz y la felicidad, son capaces por sí solos de cometer maldades tan espantosas unos contra otros? ¿Qué fuerzas llevan al hombre a perpetrar barbaridades de este calibre o a situaciones que parecen obligarlo a cometer atrocidades? ¿Se ha preguntado alguna vez si habrá alguna malvada y poderosa entidad invisible que impulse a la gente a tales acciones violentas?
 

Quiénes son los gobernantes de este mundo
 

No tenemos que andar con suposiciones, pues la Biblia muestra con claridad que una persona inteligente que es invisible a los hombres y a las naciones ha estado controlándolos. Dice: “El mundo entero yace en el poder del inicuo”. La Biblia lo identifica al decir: “El que es llamado Diablo y Satanás [...] está extraviando a toda la tierra habitada”. (1 Juan 5:19; Revelación 12:9.)
 

Jesús, en una ocasión en que fue “tentado por el Diablo”, no puso en duda que Satanás fuera el gobernante de este mundo. La Biblia explica lo que sucedió: “El Diablo lo llevó consigo a una montaña excepcionalmente alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: ‘Todas estas cosas te las daré si caes y me rindes un acto de adoración’. Entonces Jesús le dijo: ‘¡Vete, Satanás!’”. (Mateo 4:1, 8-10.)
 

Piense en eso. Satanás tentó a Jesús ofreciéndole “todos los reinos del mundo”. Ahora bien, si Satanás no hubiera sido en realidad el gobernante de estos reinos, ¿habría sido una verdadera tentación su oferta? No, en absoluto. Note además que Jesús no negó que todos aquellos gobiernos humanos pertenecieran a Satanás, lo que hubiera hecho si Satanás no tuviera autoridad sobre ellos. Por consiguiente, ¡Satanás el Diablo es de verdad el gobernante invisible del mundo! De hecho, la Biblia lo llama “el dios de este sistema de cosas”. (2 Corintios 4:4.) No obstante, ¿cómo llegó a tener tanto poder alguien tan perverso como él?
 

El que con el tiempo sería Satanás era un ángel creado por Dios a quien le entró envidia de la posición del 
Altísimo. Desafió la gobernación legítima de Dios. Con este fin, se valió de una serpiente como portavoz para engañar a la primera mujer, Eva, y así logró que ella y su esposo, Adán, siguieran sus órdenes en vez de obedecer a Dios. (Génesis 3:1-6; 2 Corintios 11:3.) También afirmó que podría apartar de Dios a todo descendiente de Adán y Eva. Por ello, Dios dio tiempo para que Satanás tratara de probar su afirmación, pero Satanás no ha logrado probarla. (Job 1:6-12; 2:1-10.)
 

Algo importante es que Satanás no ejerce el dominio del mundo él solo. Consiguió que otros ángeles se le unieran en su rebelión contra Dios. Estos pasaron a ser demonios, espíritus cómplices de Satanás. De ellos habla la Biblia cuando insta de este modo a los cristianos: “[Estemos] firmes contra las maquinaciones del Diablo; porque tenemos una lucha, no contra sangre y carne, sino [...] contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales”. (Efesios 6:11, 12.)
 

Opóngase a los espíritus inicuos
 

Estos malvados gobernantes invisibles del mundo están decididos a extraviar a toda la humanidad, a apartarla de la adoración a Dios. Un método que emplean para ello es fomentar la idea de que se sobrevive a la muerte, a pesar de que la Palabra de Dios muestra con claridad que en la muerte no hay consciencia de nada. (Génesis 2:17; 3:19; Ezequiel 18:4; Salmo 146:3, 4; Eclesiastés 9:5, 10.) Lo que sucede es que, valiéndose de un médium espiritista o de una “voz” del mundo invisible, un espíritu maligno puede imitar la voz de un difunto y hablar con los parientes o amigos que le han sobrevivido. Aunque la “voz” pretenda ser el fallecido, ¡es en realidad un demonio!
 

Por tanto, si alguna vez usted escuchara ese tipo de “voz”, no deje que le engañe. Rechace lo que le diga, y repita lo que dijo Jesús: “¡Vete, Satanás!”. (Mateo 4:10; Santiago 4:7.) No deje que la curiosidad por el mundo de los espíritus lo lleve a relacionarse con los espíritus malignos. Esa relación recibe el nombre de espiritismo, y Dios previene a sus adoradores que lo eviten en todas sus modalidades. La Biblia condena a todo el que “emplee adivinación”, “consulte a un médium espiritista o a un pronosticador profesional de sucesos” o “pregunte a los muertos”. (Deuteronomio 18:10-12; Gálatas 5:19-21; Revelación 21:8.)
 

En vista de que el espiritismo sitúa a la persona bajo el influjo demoníaco, resista la tentación de participar en sus prácticas, no importa lo divertidas o emocionantes que parezcan. Entre estas prácticas están la adivinación con bolas de cristal, las tablas güija (ouija), la percepción extrasensorial, la lectura de las líneas de la mano (quiromancia) y la astrología. Los demonios también han originado ruidos y otros fenómenos físicos en las casas que convierten en su dominio.
 

Además, los espíritus maléficos se aprovechan de la inclinación pecaminosa del hombre para fomentar la literatura, el cine y los programas de televisión que ponen de relieve prácticas inmorales y contranaturales en la conducta sexual. Los demonios saben que si los seres humanos no despiden de la mente los malos pensamientos, estos dejan una huella indeleble que los lleva a cometer inmoralidad, tal como los demonios mismos lo hicieron. (Génesis 6:1, 2; 1 Tesalonicenses 4:3-8; Judas 6.)
 

Es cierto que a muchos quizás les dé risa la idea de que los espíritus inicuos dominen este mundo. No obstante, tal incredulidad no debe sorprendernos, pues la Biblia dice: “Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz”. (2 Corintios 11:14.) Su engaño más astuto ha sido que muchos no se percaten de que él y los demonios existen. Pero no deje que le engañen. El Diablo y sus demonios son personas reales a las que tiene que oponerse de continuo. (1 Pedro 5:8, 9.)
 

Felizmente, ¡se acerca el día en que Satanás y sus secuaces ya no serán! “El mundo [que incluye a Satanás y sus gobernantes demoniacos] va pasando [...] —dice la Biblia—, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:17.) ¡Qué alivio cuando se haya quitado esa influencia maléfica! Por consiguiente, que estemos en el grupo de los que hacen la voluntad de Dios y así disfrutemos de vida eterna en su justo nuevo mundo. (Salmo 37:9-11, 29; 2 Pedro 3:13; Revelación 21:3, 4.)
 

A menos que se indique lo contrario, todas las citas de la Biblia se hacen de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras.



¿Podría Satanás haber ofrecido a Jesús todos estos gobiernos del mundo si no fueran suyos?

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