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Sunday, April 17, 2011

¿Cómo podemos saber con certeza qué quiso decir Jesús con ‘Paraíso’ en su declaración al malhechor, en Lucas 23:43?


 

¿Se trataba de una morada o mansión temporal para ‘las almas de los difuntos justos’, una parte del Hades?
 

  ¿Qué origen ha tenido ese punto de vista? El diccionario bíblico The New International Dictionary of New Testament Theology declara: “Con la infiltración de la doctrina g[riega] de la inmortalidad del alma, el paraíso llega a ser la morada de los justos durante el estado intermedio” (Grand Rapids, Mich.; 1976, edición preparada por Colin Brown, tomo 2, pág. 761). ¿Era corriente dicho parecer no bíblico entre los judíos cuando Jesús estuvo en la Tierra? Otro diccionario bíblico, Dictionary of the Bible, de Hasting, indica que es dudoso que esto haya sucedido (Edimburgo, 1905, tomo III, págs. 669, 670).
 

  Hasta si dicho parecer hubiera sido común entre los judíos del primer siglo, ¿lo habría confirmado Jesús mediante su promesa al malhechor penitente? Jesús había condenado enérgicamente a los fariseos y escribas judíos por enseñar tradiciones que estaban en conflicto con la Palabra de Dios. (Mat. 15:3-9;.)
 

  Jesús sí fue al Hades cuando murió, como se muestra en Hechos 2:30, 31. (El apóstol Pedro, al referirse aquí a Salmo 16:10, usó Hades como el equivalente de Seol, según se nota en la cita.) Pero no se declara en ninguna parte de la Biblia que Seol/Hades o cualquier parte de él sea un paraíso que proporcione placer a alguien. Más bien, Eclesiastés 9:5, 10 dice que los que están allí “no están conscientes de nada en absoluto”.
 

¿Era el Paraíso que se menciona en Lucas 23:43 el cielo o alguna parte del cielo?
 

  La Biblia no apoya el parecer de que Jesús y el malhechor hayan ido al cielo el día en que Jesús le habló. Jesús había predicho que, después que se le hubiera dado muerte, él no sería resucitado sino hasta el tercer día (Luc. 9:22). Durante aquel período de tres días él no estuvo en el cielo, porque después de su resurrección dijo a María Magdalena: “Todavía no he ascendido al Padre” (Juan 20:17). Fue 40 días después de la resurrección de Jesús cuando sus discípulos vieron que fue elevado de la Tierra hasta desaparecer de su vista mientras emprendía su ascensión al cielo. (Hech. 1:3, 6-11.)
 

  El malhechor no cumplió los requisitos para ir al cielo ni siquiera en algún tiempo posterior. No había ‘nacido otra vez’... puesto que ni había sido bautizado en agua ni engendrado por el espíritu de Dios. El espíritu santo no fue derramado sobre los discípulos de Jesús sino hasta más de 50 días después de la muerte del malhechor (Juan 3:3, 5; Hech. 2:1-4). Jesús, el día en que murió, había hecho un pacto para un reino celestial con los ‘que con constancia habían continuado con él en sus pruebas’. El malhechor no tenía tal registro de fidelidad y no fue incluido entre aquellos. (Luc. 22:28-30.)
 

¿Qué indica que este Paraíso es terrestre?
 

  Las Escrituras Hebreas nunca habían hecho concebir a los judíos fieles la esperanza de recibir un galardón de vida celestial. Aquellas Escrituras señalaban la restauración del Paraíso aquí en la Tierra. En Daniel 7:13, 14 se había predicho que cuando “gobernación y dignidad y reino” le fueran dados al Mesías, ‘los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le servirían aun a él’. Dichos súbditos del Reino estarían aquí en la Tierra. Por lo que el malhechor le dijo a Jesús, estaba claro que estaba expresando la esperanza de que 

Jesús se acordara de él cuando llegara aquel tiempo.
 

  Entonces, ¿cómo estaría Jesús con el malhechor? Estaría con él en el sentido de que lo levantaría de entre los muertos, haría provisiones para satisfacer sus necesidades físicas, le ofrecería la oportunidad de aprender acerca de los requisitos de Jehová para la vida eterna y de conformarse a dichos requisitos (Juan 5:28, 29). 

Jesús vio en la actitud penitente y respetuosa del malhechor la base para contarlo entre los miles de millones de personas a quienes se resucitará a vida terrestre y a quienes se presentará la oportunidad de probar si son dignas de vivir para siempre en el Paraíso.
 

¿Cuándo estará en el Paraíso el malhechor?
 

  En el entendimiento que uno consiga de Lucas 23:43 influye la puntuación que haya usado el traductor. En los manuscritos griegos originales de la Biblia no había puntuación. The Encyclopedia Americana (1956, tomo XXIII, pág. 16) declara: “En los manuscritos e inscripciones más primitivos de los griegos no se ve que se haya hecho esfuerzo alguno por puntuar”. No fue sino hasta el siglo IX E.C. cuando se empezó a usar tal puntuación. ¿Debería leerse Lucas 23:43: “De cierto te digo: Hoy estarás conmigo en el paraíso” (VV, 1977), o debería ser más bien: ‘Verdaderamente te digo hoy: estarás conmigo en el Paraíso’? La base determinativa tiene que estar en las enseñanzas de Cristo y el resto de la Biblia, y no en una coma que se haya insertado en el texto siglos después de haber dicho Jesús tales palabras.
 

  The Emphasised Bible (La Biblia con énfasis), traducida por J. B. Rotherham, concuerda con la puntuación de la Traducción del Nuevo Mundo. En una nota sobre Lucas 23:43, el traductor alemán de la Biblia L. Reinhardt dice: “La puntuación que [la mayoría de los traductores] usan en este versículo es —indudablemente— falsa, y contradice todo el modo de pensar de Cristo y del malhechor. [...] [Cristo] ciertamente no entendía que el paraíso fuera una subdivisión de la región de los muertos, sino más bien la restauración de un paraíso en la Tierra”.
 

  ¿Cuándo ‘entraría en su reino’ Jesús y cumpliría el propósito de su Padre de hacer de la Tierra un paraíso? 

El libro de Revelación, escrito unos 63 años después que se hicieron las declaraciones registradas en Lucas 23:42, 43, indica que estos sucesos todavía eran futuros.

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