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Wednesday, April 27, 2011

¿Cuándo está justificado actuar en defensa propia?

El punto de vista bíblico
 


 

EN MITAD de la noche, un ruido lo sobresalta. Oye pasos. Un intruso se ha metido en la casa. Con el corazón acelerado por el miedo, se pregunta qué hacer.
 

Todos podemos vernos en una situación como la que acabamos de describir, pues los delitos —incluidos los violentos— no son exclusivos de ciertos países o de las grandes ciudades. En el actual clima de temor, muchas personas tratan de protegerse comprando un arma o aprendiendo artes marciales. Incluso se han dictado leyes que permiten a los ciudadanos defenderse aun a riesgo de matar al agresor. Ahora bien, ¿qué dice la Biblia? ¿Hay alguna justificación para hacer uso de la fuerza en defensa propia o de la familia?
 

Dios odia la violencia
 

La Biblia condena la violencia y a los que recurren a ella. El salmista David dijo de Jehová Dios: “Su alma ciertamente odia a cualquiera que ama la violencia” (Salmo 11:5). Dios castigó a varias naciones de la antigüedad, entre ellas a su propio pueblo, por su violencia y derramamiento de sangre (Joel 3:19; Miqueas 6:12; Nahúm 3:1). La Ley de Israel incluso calificaba de delito grave el homicidio involuntario por imprudencia o negligencia (Deuteronomio 22:8).
 

En la Biblia se nos insta a buscar la paz a diario para evitar posibles riñas, pues los intercambios de palabras exaltadas suelen desembocar en peleas violentas. En ella leemos: “Donde no hay leña, se apaga el fuego, y donde no hay calumniador, la contienda se aquieta” (Proverbios 26:20). Las palabras calmadas por lo general apaciguan la ira y evitan la confrontación violenta. El apóstol Pablo escribió: “Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres” (Romanos 12:18).
 

Cuando se nos amenaza
 

El que busquemos la paz no es garantía de que nunca vayamos a sufrir agresiones violentas. De hecho, siervos fieles de Dios fueron víctimas de la violencia en la antigüedad (Génesis 4:8; Job 1:14, 15, 17). Pero ¿cómo actuar ante un delincuente armado? Jesús mandó: “No resistan al que es inicuo” (Mateo 5:39). Y también dijo: “Al que te quite tu prenda de vestir exterior, no le retengas siquiera la prenda de vestir interior” (Lucas 6:29). Jesús no aprobó el uso de las armas para defender los bienes materiales. Ante la amenaza de un delincuente armado, la persona prudente le entregará sus objetos de valor sin oponer resistencia. ¡La vida tiene mucho más valor que los bienes materiales!
 

Ahora bien, ¿y si es la vida lo que corre peligro? Una ley dada por Dios al antiguo Israel aclara este asunto. 

Si alguien sorprendía a un ladrón a la luz del día y lo mataba, era acusado de asesinato. Esto era así porque el robo no se castigaba con la pena de muerte y, además, era posible identificar al ladrón y entregarlo a los jueces. No obstante, si el hecho ocurría de noche, la persona podía salir libre de cargos. En la oscuridad, le sería difícil saber qué hacía el ladrón y cuáles eran sus intenciones y, por tanto, podía llegar a la conclusión de que debía actuar para defender a su familia del peligro (Éxodo 22:2, 3).
 

La Biblia, por lo tanto, indica que una persona puede actuar en defensa propia o de su familia al verse atacada, tal vez desviando los golpes, inmovilizando al delincuente o incluso dándole un golpe que lo deje aturdido o que lo incapacite para seguir peleando. La idea sería neutralizar o detener la agresión. En ese caso, si el delincuente resultara gravemente herido o muerto, su muerte se consideraría accidental y no deliberada.
 

La mejor protección
 

Queda claro, pues, que en determinadas situaciones se justifica una defensa propia moderada. Todos tenemos derecho a protegernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos de agresiones o peligros mortales. Cuando no hay escapatoria, uno puede defenderse de forma moderada, pues no existe ningún mandato bíblico que lo prohíba. Aun así, lo mejor es hacer todo lo posible por eludir situaciones que pudieran generar violencia (Proverbios 16:32).
 

La Biblia nos insta a ‘buscar la paz’ en todo aspecto de la vida (1 Pedro 3:11). Sin duda, este práctico consejo contribuye a llevar una existencia pacífica.
 

¿SE HA PREGUNTADO...
 

▪ ... por qué debemos evitar la violencia? (Salmo 11:5.)
 

▪ ... qué es lo más prudente a la hora de defender nuestros bienes materiales? (Proverbios 16:32; Lucas 12:15.)
 

▪ ... qué actitud nos ayudará a evitar conflictos? (Romanos 12:18.)

 

La Biblia indica que una persona puede actuar en defensa propia o de su familia al verse atacada

1 comment:

  1. MUY INTERESANTE LA EXPLICACION,PERO CUANDO LA ESCRIBIERON TODAVIA NO EXISTIAN LOS ZETAS.

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