▪ Las Escrituras Hebreas emplean expresiones como “mañana”, “mediodía” y “atardecer” (1 Reyes 18:26; Deuteronomio 28:29; Génesis 24:11). En un principio, los hebreos dividían la noche en tres vigilias de unas cuatro horas, pero después adoptaron el sistema griego y romano de cuatro vigilias nocturnas.
Evidentemente, Jesús se refirió a este último método cuando dijo: “Manténganse alerta, porque no saben cuándo viene el amo de la casa, si tarde en el día o a medianoche o al canto del gallo o muy de mañana” (Marcos 13:35). La vigilia “tarde en el día” iba desde la puesta del Sol hasta las nueve de la noche. La siguiente terminaba a medianoche, y la tercera, el “canto del gallo”, se extendía hasta aproximadamente las tres de la madrugada. Por último, la vigilia denominada “muy de mañana” duraba hasta el amanecer. Fue “en el período de la cuarta vigilia de la noche” que Jesús caminó sobre las aguas del mar de Galilea (Mateo 14:23-26).
En las Escrituras Griegas Cristianas, el término “hora” designa la doceava parte del espacio de tiempo que va desde la salida hasta la puesta del Sol (Juan 11:9). Puesto que la duración de ese período varía en Israel según la estación del año, por lo general solo se indicaba la hora aproximada en que ocurría algún suceso, por ejemplo, “como a la hora sexta” (Hechos 10:9).
No comments:
Post a Comment