Jehová tiene el derecho de exigirnos a los seres humanos que lo adoremos de la forma como él desea. En el cielo, un coro de siervos suyos confirmó este hecho al proclamar con una sola voz: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas” (Rev. 4:11). Él es el Hacedor del universo, y por ello merece recibir nuestra adoración.
Tenemos otra razón para servir a Jehová: el inigualable amor que nos ha demostrado a todos los seres humanos. Para empezar, la Biblia indica que formó “al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó” (Gén. 1:27). También, nos hizo el regalo del libre albedrío, o sea, la capacidad de razonar y tomar nuestras propias decisiones. Al habernos dado la vida, es nuestro Padre (Luc. 3:38). Y como buen padre que es, nos proporciona todo lo necesario para ser felices. En efecto, “él hace salir su sol [...] y hace llover”, lo que permite que los campos no solo nos brinden comida en abundancia, sino que también sean un deleite para la vista (Mat. 5:45).
Además, Jehová nos ha rescatado de las terribles consecuencias del pecado. Cuando Adán se rebeló, actuó como el jugador que le quita dinero a su familia para apostarlo. ¿Por qué? Porque al desobedecer a Dios, les quitó a sus hijos la herencia a la que hubieran tenido derecho: ser felices por toda la eternidad. Con su egoísmo, vendió a la humanidad como esclava a una dueña muy cruel: la imperfección. Este es el motivo por el que estamos condenados a enfermarnos, sufrir penas y tristezas y finalmente morir. ¡Cuánto necesitamos que se nos libre de esa terrible esclavitud! Claro, la liberación de un esclavo exige un pago a cambio, y Jehová se ha encargado de efectuarlo (léase Romanos 5:21). Lo hizo al disponer que su Hijo, Jesús, viniera a “dar su alma en rescate en cambio por muchos” (Mat. 20:28). Dentro de poco, las personas que cuentan con el favor divino obtendrán plenamente los beneficios del rescate.
Ciertamente, el Creador ha hecho más que nadie por proporcionarnos una vida feliz y llena de significado. Si obtenemos su aprobación, lograremos ver cómo repara los estragos que ha sufrido la humanidad. De manera directa y personal, Jehová nos mostrará que es el “remunerador de los que le buscan solícitamente” (Heb. 11:6).
No comments:
Post a Comment