Veamos una profecía de Moisés que el apóstol Pedro aplicó a Jesucristo ante una muchedumbre de judíos que se encontraba en el templo. Esto tuvo lugar poco después del Pentecostés del año 33, cuando Pedro y Juan curaron a un mendigo que era inválido de nacimiento. Al verlo caminar, la gente se quedó maravillada, “casi fuera de sí”, y corrió hacia los apóstoles para averiguar cómo había sucedido aquello. Entonces, Pedro les explicó que este milagro se debía al espíritu santo que Jehová le había otorgado mediante Jesucristo.
Y a continuación citó una profecía de las Escrituras Hebreas y la aplicó a Jesucristo. Estas fueron sus palabras: “De hecho, Moisés dijo: ‘Jehová Dios les levantará a ustedes de entre sus hermanos un profeta semejante a mí. Tienen que escucharle conforme a todas las cosas que él les hable’” (Hech. 3:11, 22, 23; léase Deuteronomio 18:15, 18, 19).
Esta profecía debió de sonarles bastante familiar a quienes estaban escuchando a Pedro. Como judíos que eran, tenían en alta estima a Moisés y esperaban con anhelo la llegada del profeta predicho, que sería mayor que Moisés (Deu. 34:10).
En cierto sentido podía decirse que Moisés era un mesías, pues había sido ungido o escogido por Dios. Sin embargo, el futuro profeta no sería simplemente un mesías: sería el Mesías, “el Cristo de Dios, el Escogido” de Jehová (Luc. 23:35; Heb. 11:26).
¿Por qué no ver las Escrituras aquí?
BIBLIA EN LINEA
No comments:
Post a Comment