El Smith’s Bible Dictionary dice que “en Oriente se utilizaba a la serpiente como símbolo del mal, del espíritu de desobediencia”. Por otro lado, se empleaba la expresión “paloma mía” en muestra de cariño. (El Cantar de los Cantares 5:2.) Entonces, ¿qué tenía presente Jesús cuando animó a sus seguidores a ser “cautelosos como serpientes, y, sin embargo, inocentes como palomas”? (Mateo 10:16.)
Jesús estaba dando instrucciones para la predicación y la enseñanza. Sus discípulos podían esperar reacciones muy diversas. Algunas personas mostrarían interés, mientras que otras rechazarían las buenas nuevas. Algunas incluso perseguirían a estos siervos verdaderos de Dios. (Mateo 10:17-23.) ¿Cómo deberían reaccionar los discípulos ante la persecución?
En Das Evangelium des Matthäus (El Evangelio de Mateo), Fritz Rienecker dice con respecto a Mateo 10:16: “La astucia [...] debe ir unida a la integridad, la sinceridad y la franqueza, para no dar pie a que los enemigos presenten una acusación con fundamento. Los embajadores de Jesús están rodeados de opositores implacables que no muestran consideración a los apóstoles y los atacan sin misericordia a la menor oportunidad. De ahí que sea necesario vigilar de cerca a los opositores, tal como haría una serpiente, y evaluar la situación con los ojos y los sentidos alerta; controlar la situación sin artimañas ni engaños, ser puro y veraz en palabras y hechos, conduciéndose de este modo como palomas”.
¿Qué pueden aprender los siervos de Dios de las palabras de Jesús que aparecen en Mateo 10:16? La reacción de la gente a las buenas nuevas hoy en día es bastante similar a la que había en el siglo primero.
Cuando afrontan persecución, los cristianos verdaderos necesitan combinar la astucia de la serpiente con la pureza de la paloma. Jamás emplean el engaño ni la falta de honradez, sino que son incorruptos, sinceros y honrados al declarar el mensaje del Reino.
Para ilustrarlo: puede que sus compañeros de trabajo o de escuela, o incluso sus familiares, hagan comentarios sarcásticos acerca de sus creencias como testigo de Jehová. La reacción inmediata pudiera ser responder del mismo modo y ridiculizar las creencias de ellos con la misma mordacidad. Pero, ¿es inocente ese proceder? No. Sin embargo, si con su comportamiento amable demuestra a sus críticos que sus comentarios no le afectan, tal vez cambien para bien. De este modo usted sería tanto sagaz como inocente: ‘cauteloso como una serpiente, pero inocente como una paloma’.
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